TRASLADAMOS LA FORMACIÓN AL 24 Y 25 DE OCTUBRE 2020 en el Montseny- Barcelona-

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¿Alguna vez te has preguntado hasta que punto una cicatriz puede marcar tu vida?

¿Quién no ha sentido después de una operación o de un accidente, la sensación de que la cicatriz limita sus movimientos?

O cómo, sin darnos cuenta, constatamos que hemos perdido o acentuado la sensibilidad en una zona…

¿Cuántas cicatrices han modificado nuestro carácter? ¿Qué emoción surge al verla, al tocarla…? ¿ Puedes hacerlo?

Cicatrices, quemaduras, estrías, piercings, tatuajes… Improntas de nuestro paso por la vida que nos representan y qué nos dejan marcados.

Cuando se corta, se quema o se perfora nuestra piel, se rompe la unidad energética de nuestro cuerpo, lo que implica una fuga de energía que acaba por interferir en nuestra salud. Esta fuga crea una zona de interferencias que no solo puede afectar estrictamente en la zona del corte, sino que, por lo general, sobrepasa y alcanza superficies mayores.

Con el tiempo, se pueden ver afectadas otras zonas estructurales u orgánicas.

Esta situación puede marcar una gran diferencia en nuestros estados de salud física o emocional y en nuestra capacidad para recuperarnos y volver a gozar de nuestra energía.

Este taller es todo un reto, una gran aventura para recuperar nuestro cuerpo y dejar de sufrir molestias, dolor e incluso emociones violentas con nuestras cicatrices.

Anna Roca, después de sufrir una necrosis en su pierna izquierda al cumplir los 18 años, empezó a preguntarse acerca de las repercusiones de las cicatrices en nuestra vidas. Aprendió que nuestro cuerpo es el lienzo donde se dibujan los trazos que marcan y moldean nuestra existencia.

Con el tiempo, desarrolló el método “Liberar cicatrices”, para recuperar nuestro bienestar y la circulación de nuestra energía vital y liberar de una vez la memoria traumática celular.

Anna diseñó un protocolo suave, respetuoso, nada invasivo y sin agujas: con la ayuda de los rodillos de la reflexología facial. Así logramos despertar el cuerpo físico, recuperamos sensibilidades perdidas, reducimos queloides y regulamos térmicamente la cicatriz. Las emociones brotan en cada sesión y empezamos a comprender reacciones y actos de nuestra vida relacionados con nuestra herida. Los meridianos recuperan su cauce original dejando una sensación de cosquilleo a lo largo de su recorrido.

Pide el dosier con toda la información y contenidos del curso a monica@eqshala.com