¿Alguna vez te has preguntado hasta que punto una cicatriz puede marcar tu vida?
Me hice esta pregunta durante muchos años, a partir de sufrir una necrosis en mi pierna izquierda al cumplir los 18 años.
Aprendí que nuestro cuerpo es el lienzo donde se dibujan los trazos que marcan y moldean nuestro existir. Cicatrices, quemaduras, estrías, piercings, tatuajes... Improntas de nuestro paso por la vida que nos representan y moldean. Pero, cuando se corta, se quema o se perfora nuestra piel, se rompe la unidad energética de nuestro cuerpo, lo que implica una fuga de energía que acaba por interferir en nuestra salud creando una zona de interferencias que no solo puede afectar estrictamente en la zona del corte, sino que por lo general, sobrepasa y alcanza superficies mayores en nuestro cuerpo afectando a otras partes estructurales u orgánicas del mismo. Esta situación puede marcar una gran diferencia en nuestros estados de salud física o emocional y en nuestra capacidad para recuperar-nos y volver a gozar de nuestra unidad energética.
Paso unos años, y me pregunté:
¿Quién no ha sentido después de una operación o de un accidente la sensación de que la cicatriz limita nuestros movimientos? O cómo, sin darnos cuenta, constatamos que hemos perdido o modificado la sensibilidad en la zona.
¿Cuántas cicatrices nos han modificado nuestro carácter?
¿Hay una emoción al verla, al tocarla? ¿A pesar de intentarlo acabas por aceptar que no puedes tocarla y te reconoces observando como te genera angustia, rechazo, grima e incluso desprecio…?
A través del método “Liberar cicatrices”, podemos regular nuestra salud manteniendo la circulación de nuestra energía vital por estas vías. Aprenderemos la repercusión de los cortes en estos canales, como el emplazamiento de cada una de nuestras cicatrices puede distorsionar uno o varios meridianos que, más tarde o más temprano, podrías empezar a provocar pequeños problemas de salud, pero que un día podrían llegar a ser mucho más evidentes.
Este curso es todo un reto, una gran aventura para recuperar esta parte del cuerpo y dejar de sufrir molestias, dolor e incluso emociones violentas cuando alguien la tocaba. Con la ayuda de los rodillos que utiliza en la reflexología facial, diseñé un protocolo suave, no invasivo y sin usar agujas. Se logra despertar el cuerpo físico, recuperando sensibilidades perdidas, reduciendo queloides y regulando térmicamente la cicatriz. Las emociones brotan en cada sesión y, poco a poco, se empieza a comprender muchas de las reacciones y actos de nuestra vida desee que vivimos con esa cicatriz.
También en procesos de cicatrización el protocolo de LIBERAR CICATRICES nos permite acompañar nuestra capacidad de cicatrización propio del cuerpo, acelerando tiempos y evitando la creación de queloides.
Un curso que no te dejará indiferente. Os animo a venir y descubrirlo. Anna.
CALVIÀ, MALLORCA, 12 Y13 DE OCTUBRE. Para más información y reserva de plazas: Betina Boixó - 665 673 089, betinaboixo@gmail.com
BARCELONA, 9 Y 10 DE NOVIEMBRE.Para más información y reservas de plazas: CEMOS - 933 524 368 / 637 501 073 , info@cemos.es
